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Donald Trump y Kim Jong-un: el histórico encuentro en la zona desmilitarizada que separa a las dos Coreas


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Trump le da la mano a Kim
Ambos líderes se reunieron para saludarse y darse la mano, como había pedido Trump.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong un, se reunieron este domingo en la zona desmilitarizada en la frontera entre las dos Coreas, conocida como DMZ.
Es la primera vez que un mandatario estadounidense y uno norcoreano se encuentran en ese lugar, en la localidad fronteriza de Panmunmjon.
Trump ingresó por breves momentos a territorio norcoreano, siempre dentro de la DMZ, en lo que llamó "un gran día para el mundo". Allí, saludó a Kim, a quien le dio el esperado apretón de manos.
El líder de Corea del Norte resaltó que esta era la primera vez que un mandatario estadounidense visitaba su país, por lo que alabó el "valor" de Trump. "Para mí, es un honor estar aquí", dijo este último.
A su vez, Kim se animó a cruzar con Trump por un momento al lado surcoreano.










El histórico momento en que un presidente de EE.UU. pisa suelo norcoreano por primera vez

Kim mostró su agrado de ver "otra vez" al presidente, con quien ya se había reunido otras dos veces. La última de aquellas citas, acabó abruptamente. "Nunca pensé que te vería aquí", le confesó.
Ambos entraron luego al Área de Seguridad Conjunta, conocida como JSA por sus siglas en inglés, donde conversaron durante 50 minutos.
Según dijo Trump posteriormente, invitó a Kim a la Casa Blanca aunque no se cerró ninguna fecha ni se sabe si la invitación fue aceptada.

Todo empezó con un tuit

La cita se produjo después de que Trump tuiteara una invitación aparentemente espontánea invitando a Kim a reunirse en ese lugar.
El sábado, al concluir la cumbre del G20 en Japón, Trump publicó un mensaje anunciando que viajaría a Corea del Sur para reunirse con su presidente, Moon Jae in, y preguntando si a Kim, ya que estaría allí, estaba dispuesto a encontrarse con él en la frontera "solamente para darnos la mano y decir hola".
Este domingo, durante una rueda de prensa conjunta con Trump, Moon había confirmado que efectivamente en la frontera con Corea del Norte iba a haber "un apretón de manos por la paz".
El mandatario estadounidense, por su parte, había indicado que tenía muchas ganas de ver a Kim, con quien dice tener una muy buena relación.
Según Moon, el encuentro representaba una esperanza para todo el mundo eincluso un apretón de manos y una breve reunión entre ambos líderes sería un avance significativo hacia la paz.
Aunque Trump inició su mandato en 2017 con una retórica muy fuerte contra Corea del Norte, posteriormente su gobierno comenzó a acercarse a Pyongyang con miras a lograr un acuerdo para la desnuclerización de la península coreana.

Línea.

Análisis del corresponsal de la BBC en América del Norte, Nick Bryant

Donald Trump le dijo una vez a su personal del ala oeste que vivan cada día en la Casa Blanca como un episodio de reality televisivo, pero prefiere crear él mismo la coreografía de su presidencia.
La reunión con Kim fue una puesta en escena clásica de Trump, una producción diplomática que empezó con un tuit improvisado temprano por la mañana durante el G20 y que derivó a una reunión que de normal hubiera tomado meses organizar.

Kim y Trump sentadosDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionKim y Trump se reunieron luego fuera de cámaras en la JSA.

El escenario, la zona militarizada, no podría haber estado más cargada de significados y Trump estaba más que contento de escenificar uno de los momentos de su presidencia más memorables y "hechos para la televisión": cruzar el paralelo 38 a lo que durante mucho tiempo ha sido territorio enemigo, un umbral que ninguno otro presidente estadounidense había traspasado antes.
Las imágenes fueron hipnotizantes, pero ¿hasta qué punto? La diplomacia poco ortodoxa de Donald Trump ciertamente ha reducido las tensiones en la península coreana, pero no ha conseguido que Corea del Norte deje de expandir su arsenal nuclear.

De esta relación nacieron sonrisas y apretones de manos, pero no la desnuclearización de la península coreana. La visita de Donald Trump a Corea del Norte duró poco más de un minuto: según sus críticos, más que el tiempo suficiente para legitimizar un régimen totalitario que tiene uno de los peores historiales del planeta en lo que a derechos humanos se refiere.

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