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Así es xCloud, la idea que tiene Microsoft para el futuro de los videojuegos

Aunque Google ya ha celebrado dos llamativos eventos sobre Stadia, su gran apuesta por los juegos en streaming, Microsoft ha decidido ser algo más discreta sobre xCloud, su propia plataforma de juegos en streaming. Todavía no sabemos mucho al respecto, pero ayer tuve la oportunidad de jugar en ella y ver cómo fallaba en directo.
El concepto detrás de xCloud no es nuevo. Los juegos se ejecutan en un servidor en la nube y transmiten un vídeo a su dispositivo. La retransmisión es tan fluida, que nunca parece que estés jugando a miles de kilómetros de distancia. Eso no es algo fácil de hacer. La latencia mataría la experiencia. Si presionas el botón de saltar, pero el servidor no registra ese salto hasta unos momentos más tarde, no podrías jugar decentemente a un juego.
Sony, Nvidia y Shadow llevan haciendo streaming de juegos durante un tiempo ya. Sony puede convertir tu PS4 en un servidor y depender de tu Internet, mientras que Nvidia y Shadow lo ejecutan todo a través de un servidor remoto. Cuando xCloud salga públicamente en octubre, te permitirá hacer ambas cosas. Podrás jugar de forma remota desde tu propia Xbox One, o podrás jugar usando sus servidores. Microsoft me dijo que sus servidores están basados ​​en Azure (esa es la plataforma de computación en la nube de Microsoft), pero el hardware es esencialmente el de una Xbox One.





¿A dónde se transmiten los juegos desde el servidor/Xbox? Microsoft no ha comentado si tendrá compatibilidad con iOS o con algún navegador, pero jugué a Halo y a Hellblade en una serie de dispositivos Samsung S10 Plus conectados a mandos de Xbox One. Microsoft me dijo que xCloud actualmente funciona en dispositivos que van desde el Samsung Galaxy S7 en adelante, pero también podría funcionar con hardware más antiguo. Así que, como mínimo, será compatible con Android.
Al igual que con otros servicios de streaming, un mal ancho de banda matará la experiencia. Los representantes de Microsoft no me dijeron exactamente la cantidad de ancho de banda que será necesario, pero está claro que el internet del centro de convenciones del E3 no era suficiente. Mientras trataba de jugar a un juego de carreras, apareció una ventana avisándome de que el juego se había desconectado y que se volvería a conectar en unos momentos.





Momentos antes, un representante de Microsoft me aseguró que todos los teléfonos estaban conectados a una red wifi dedicada para evitar problemas. Grandes convenciones como estas suelen tener un wifi desastroso. Conté hasta 26 señales diferentes wifi a plena potencia solo en el área de la demo, y sin incluir las redes particulares de los usuarios. Esto genera mucho ruido, y si hay demasiado, tu wifi tendrá más problemas para conectarse y tu velocidad caerá en picado.
Microsoft tuvo que conectar cada dispositivo a Internet para asegurar una demo más funcional. Cuando lo hizo todo fue bien. Ni un solo fallo al disparar. Ni un glitch extraño. Solo partidas de Halo en calidad de Xbox One pero desde un teléfono.
Pero la demo también resaltó el problema más importante al que se enfrentan Microsoft, Google y todos sus otros competidores: Internet. Mientras Internet pueda ir mal, por la razón que sea, los juegos en la nube serán una mierda. Es posible que pueda jugar a Halo en mi teléfono en octubre, pero en realidad no podré llevarmelo conmigo a todas partes.

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