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En carro eléctrico al quirófano, nueva iniciativa pediátrica para eliminar el estrés infantil


  • La nueva iniciativa “En carro al quirófano” que se lleva  a cabo en la Clínica IMQ Zorrotzaurre entre los niños y niñas que requieren tratamiento quirúrgico, elimina estrés y lágrimas y facilita un despertar calmado de la anestesia.
  • El 98% de los niños y niñas hospitalizados quiere hacer uso del cochecito, yendo el 100% a quirófano sin llorar y en calma. Además, el 95% de las usuarias/os se despertó tranquilo y sin agitación tras la intervención logrando también con ello  la plena satisfacción de los padres.
“En carro al quirófano”, la nueva iniciativa llevada a cabo por la Clínica IMQ Zorrotzaurre para sus pacientes más jóvenes, está demostrando gran eficacia consiguiendo que los niños y niñas que requieren tratamiento quirúrgico vayan más tranquilos a quirófano gracias a los cochecitos eléctricos que, por control remoto, les trasladan desde que se separan de sus padres hasta la sala de operaciones.
Estos vehículos eléctricos que disponen del marcado CE  y que son manejados por celadores no sólo consiguen que los más pequeños se distraigan durante el circuito quirúrgico -disminuyendo la ansiedad tanto de los menores como de sus familiares-, sino que además, potencian un ambiente más calmado y “alegre” los días de intervenciones pediátricas facilitando de esta manera los procedimientos  pre-quirúrgicos de enfermería y anestesia. La iniciativa consigue, asimismo, mejorar el  despertar de la anestesia  disminuyendo el sentimiento de preocupación y llanto.
Los especialistas señalan que la forma en la que los niños/as se van a dormir predice cómo se despertarán después  de la anestesia. “Si se duermen asustados, se despertarán de la misma manera. Un niño o niña que se duerme calmado tenderá, en cambio, a despertarse de la intervención con menos llanto y preocupación” afirman responsables del servicio de anestesia de Zorrotzaurre.
Por su parte, Isabel Urrutia, responsable de Calidad y Seguridad del Paciente de Grupo IMQ, matiza que “para los niños pequeños puede ser muy estresante el hecho de enfrentarse a una intervención quirúrgica, aunque el procedimiento sea muy sencillo. Ellos no entienden de cirugía, ni de medidas de asepsia, ni de que el personal del bloque quirúrgico va a estar muy pendiente de ellos y les van a tratar como se merecen. Sienten que “algo pasa” y que se les separa de sus aitas,  que pasan a estar en brazos de personas vestidas de azul, en una zona diferente al resto del hospital, donde hasta entonces habían estado en todo momento acompañados de su familia”.
Nicolás Guerra, director general de las clínicas IMQ, desvela cómo fue el proceso de adquisición de estos vehículos. “Desde enfermería del bloque quirúrgico existía una considerable preocupación por los lloros y el estado de nerviosismo y angustia de los más pequeños y pequeñas, que veían cómo eran separados de los padres y que,  a pesar de ponerles las  mejores sonrisas y  desplegar múltiples recursos, en muchas ocasiones no conseguían calmar a los más pequeños”. Debido a ello, “revisamos e hicimos benchmarking con otros hospitales, algunos pediátricos, y dimos con un reducido grupo de hospitales internacionales  que había apostado por una iniciativa un tanto diferencial, pero con muy buenos resultados: llevar a los niños a quirófano en un coche eléctrico. Se valoró la inversión y se consensuó con anestesistas y cirujanos y personal de enfermería”.
La medición del impacto de esta iniciativa en su primera etapa de andadura en la Clínica IMQ Zorrotzaurre entre niños y niñas de 2 a 6 años (el cochecito permite hasta 30 kg de peso) pone de manifiesto que el 98%  de los menores hospitalizados quiso hacer uso del cochecito para acudir a quirófano, que el 100% de los niños y niñas que  montaron en el coche fue sin llorar y en calma y  que, además, el 95% de los usuarios se despertó tranquilo y sin agitación tras la intervención. Estos hechos consiguieron que el 100% de los padres, cuyos hijos fueron usuarios de estos cochecitos, hayan considerado la experiencia como muy positiva. “Es una iniciativa sencilla, pero que reporta un gran valor a la Humanización de la Cirugía Pediátrica en nuestra Clínica” concluye el Dr. Nicolás Guerra.


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