Elon Musk ha logrado llegar a un acuerdo con la Comisión de bolsa y valores de Estados Unidos (SEC), tras apenas un par de días de haber sido demandado por el ente gubernamental. El acuerdo lo obliga a renunciar al cargo de presidente de la junta directiva de Tesla, pero podrá permanecer como director ejecutivo (CEO).
Musk fue demandado por la SEC como consecuencia de un mensaje que publicó en Twitter en el mes de agosto asegurando que estaba “considerando hacer a Tesla [una compañía] privada”, y que tenía “el financiamiento asegurado”, lo que tuvo como consecuencia que las acciones de la compañía subieran y después bajaran de precio, y en general, según la SEC, podría haber supuesto un daño a los inversionistas.
La SEC también ha exigido que tanto Musk como Tesla paguen una multa de 20 millones de dólares cada uno, dinero que será distribuido entre los inversionistas que fueron afectados por sus actos.
Musk tiene un máximo de 45 días para renunciar al cargo de presidente de la compañía (chairman), y no podrá retomarlo en un mínimo de 3 años. Sin embargo, podrá permanecer como director ejecutivo.
Por último, como todo esto comenzó con un tweet, Tesla deberá contratar a un abogado para que supervise todas las comunicaciones de Elon Musk, incluyendo su cuenta de Twitter.
La jugada le salió cara.
Elon Musk abandonará la presidencia de Tesla por tres años y pagará una multa millonaria tras alcanzar un acuerdo con los reguladores por los mensajes que difundió en Twitter en los que dijo que se estaba planteando que la empresa dejara de cotizar en bolsa.
El anuncio se produce después de que la Comisión de Bolsas de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) anunciara el pasado jueves una demanda contra Musk por supuesto fraude de valores.
Según el acuerdo, Musk seguirá siendo director ejecutivo de Tesla, pero debe dejar de ser su presidente durante tres años.
Entre él y su empresa tendrán que pagar una multa de US$20 millones.
Información "falsa y engañosa"
La demanda tiene su origen en un mensaje que Musk publicó en Twitter en agosto pasado en el que decía que tenía los fondos asegurados para convertir a Tesla en una empresa privada y que iba a dejar de cotizar en bolsa.
Musk situó entonces el valor de Tesla en US$420 la acción.
La SEC señaló que era información "falsa y engañosa".
"En verdad y de hecho, Musk ni siquiera había discutido, mucho menos confirmado, términos esenciales como el precio con cualquier fuente de financiación", explicó la SEC.
La demanda de la SEC hizo que las acciones de Tesla cayeran más de 10% en operaciones posteriores al cierre de la bolsa el jueves.
Musk respondió inicialmente a la demanda diciendo que era una acción "injustificada" y precisando que él actuó "en el mejor de los intereses de la verdad, la transparencia y los inversores".
Bajo las condiciones del acuerdo, Musk tendrá que obedecer una serie de directrices cuando hable sobre la empresa en Twitter.
Figura controvertida
Según el corresponsal de tecnología de la BBC, Dave Lee, los correos electrónicos que presentó la SEC al explicar la demanda dejan claro que el tuit de Musk tomó por sorpresa al personal de Tesla.
Su jefe de relaciones con los inversores preguntó si el mensaje era "legítimo". El índice Nasdaq, confundido, detuvo las transacciones con las acciones de la compañía.
"Musk es famoso por ser un director ejecutivo poco convencional, pero cuando se trata de los mercados financieros, no se pueden incumplir las reglas sin consecuencias graves", indicó Lee.
Musk, cofundador de Tesla y director ejecutivo de la firma desde 2008, es una figura controvertida en el mundo de los negocios.
Sus partidarios le dan crédito por sus dotes de visionario y por empujar a la industria automotriz a producir autos eléctricos, pero sus críticos argumentan que Tesla ha perdido dinero y ha tenido problemas para aumentar su producción, no cumpliendo sus objetivos.
La presión financiera que enfrenta Tesla se ha incrementado este año por el aumento de los gastos en la producción de su último modelo.
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