Un total de 310 personas se quitaron la vida en el primer semestre del presente año, siendo la depresión la principal causa, con 36.77% de los casos, según un reporte al que tuvo acceso LISTÍN DIARIO con ocasión de conmemorarse hoy el Día Mundial para la Prevención del Suicidio.
A la depresión le siguieron como motivación la pasional, con 11.61%; dificultades económicas, con 8.71%; por motivos de salud, 8.39%, y por conflictos familiares 3.55%.
Junio, con 66 casos registrados, fue el mes con mayor cantidad de suicidios en el primer semestre del año, seguido de mayo con 62, marzo con 53, abril con 46, febrero con 44 y enero con 39.
Del total registrado en esos seis meses, 85% fueron hombres y 15% mujeres.
La mayor cantidad de casos fueron reportados desde Santo Domingo, Distrito Nacional, San Cristóbal, Santiago, La Vega, La Altagracia y Duarte.
El mayor impacto fue en personas con edades entre 18 y 59 años, con el 69% de los casos registrados, 18% entre quienes tenían de 60 años en adelante y 11% de niños y adolescentes.
El año pasado se suicidaron 578 personas y en la última década el promedio ha sido unos 600 por año, a razón de tres cada 48 horas.
Servicios
El psiquiatra José Miguel Gómez sugirió llevar los servicios de salud mental a los centros de atención primaria y desarrollar campañas de prevención permanentes para evitar la cantidad alarmante de suicidios que se registran cada año.
El expresidente de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría advirtió en el país se han disparado los indicadores de salud mental, especialmente la depresión, trastornos bipolares, esquizofrenia y abuso de sustancias.
“El suicidio se prevé, se puede evitar, cuando esos trastornos son tratados a tiempo”, expresó Gómez, quien también fue director del antiguo Hospital Psiquiátrico Padre Billini.
Entrevistado por LISTÍN DIARIO, refirió que la primera causa de suicidio es la depresión, pues de cada 10 personas que acuden a consultas, por lo menos seis tienen síntomas de ese trastorno mental, pero no son referidos al psiquiatra para que reciban tratamiento.
Gómez lamentó que la mayoría de personas que se suicidan se encuentran en edad reproductiva, lo que muestra que hay otros indicadores psicosociales y emocionales que influyen en esa decisión, como el desempleo, pobreza, exclusión social, marginalidad, desesperanza, estrés, problemas emocionales, enfermedades crónicas y crisis existenciales.
Consideró que una variable que incide mucho en el suicidio es el estigma, porque la sociedad cataloga a quienes lo consuman o intentan hacerlo como personas vulnerables, además de que las culpan, cuestionan y rechazan.
“En las sociedades posmodernas donde la gente busca la autogratificación inmediata, la cultura de la prisa, buscar ser noticia de cualquier forma en las redes sociales, la gente viviendo en esa distracción no quiere plantearse situaciones trascendentales como la salud mental y el suicidio”, añadió el profesional de la conducta.
Gómez indicó que parte de la población consciente de que padece algún trastorno mental prefiere recurrir al escapismo social mediante las bancas de apuestas, consumo de alcohol, tabaco y drogas, como una forma de evadir la realidad.
Trabajar con familias
Mientras, el psiquiatra Jaime David Fernández Mirabal criticó que se utilicen los términos cobardía, valentía y egoísta para clasificar la actitud de un suicida.
“El suicidio es el resultado de un terrible sufrimiento emocional interno. Nadie quiere morir y los que deciden suicidarse tampoco, si hubieran encontrado otra salida en su mente a su sufrimiento”, indicó.
El exvicepresidente de la República llamó también a trabajar con las familias, ya que la muerte por suicidio provoca sorpresa, incredulidad y un estado de shock a las personas cercanas a la víctima.
“El impacto de vivir de cerca una muerte por suicidio deja una cicatriz que es para siempre”, afirmó el profesional de la conducta.
Fernández Mirabal estimó que esas circunstancias iniciales tan inesperadas y emocionalmente desbordantes añaden dificultades a los familiares de un suicida que sienten desde ese momento la culpa, la vergu¨enza y la ira.
La OMS considera el suicidio un grave problema de salud pública, pero que se puede prevenir mediante intervenciones oportunas, basadas en datos fidedignos.
TÓMATE UN MINUTO, CAMBIA UNA VIDA
Desde el 2003, la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha promovido cada 10 de septiembre la conmemoración del Día Mundial para la Prevención del Suicidio.
El objetivo de este día es concientizar a nivel mundial en el sentido de que el suicidio puede prevenirse. El lema en este año es “Tómate un minuto, cambia una vida”, enfatizando en que la vida es preciosa y a veces también precaria, por lo que se requiere tomar un minuto para tender la mano a alguien para cambiar el curso de su vida Los mensajes clave transmitidos a la población con motivo de la campaña de prevención son que los habitantes de cada comunidad asuman la responsabilidad de apoyar a las personas que puedan estar sufriendo.
“Acércate a las personas que lo necesitan y anímalas a hablar a su manera y a su ritmo. Ofrecer unas palabras de apoyo y escuchar sin juzgar puede hacer la diferencia”, indica otra sugerencia. Considera un mito que hablar sobre el suicidio con alguien le dé la idea o desencadena el acto, siempre y cuando se asuma un tono compasivo, además de plantear que escuchar sin juzgar es más probable que ayude a reducir la angustia que a exacerbarla.
Las campañas de prevención promueven usar hoy un lazo color naranja con ocasión de la fecha, debido a que ese color libera emociones negativas, llena el alma de energía y renueva ilusiones de vida.
Según la OMS, cerca de 800,000 personas se suicidan cada año en el mundo, pero son mucho más las tentativas, considerado el factor individual de riesgo más importante.
Plantea que la prevención del suicidio no se ha abordado apropiadamente debido a la falta de sensibilización respecto al tema como problema de salud pública prioritario.
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