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La extraordinaria precisión con la que un periódico predijo hace 106 años los problemas del presente

Ocurrió el 14 de agosto de 1912. Un periódico de Nueva Zelanda llamado Rodney and Otamatea Times imprimió un párrafo profético en su sección de “notas científicas”. Hoy, en la misma semana que se cumplen 106 años de aquellas palabras, estamos viviendo el futuro que predijo.
La nota advertía que la atmósfera de la Tierra estaba cambiando debido a la forma en que las economías del mundo estaban aumentando la producción de combustibles fósiles, todo ello bajo el inequívoco titular: “El consumo de carbón afecta el clima”. Tras este, el texto decía lo siguiente:
Los hornos del mundo ahora están quemando aproximadamente 2.000.000.000 de toneladas de carbón al año. Cuando esto se quema, uniéndose con oxígeno, agrega aproximadamente 7.000.000.000 de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera anualmente. Esto tiende a hacer que el aire sea una manta más eficaz para la tierra y para elevar su temperatura. El efecto puede ser considerable en unos pocos siglos.
Dicho de otra forma, el texto abogaba por la forma en la que las nuevas sociedades estaban comenzando a contribuir al calentamiento de la atmósfera de la Tierra. Curiosamente, Nueva Zelanda no fue la primera en advertir del problema. Unas semanas antes, el 17 de julio de 1912, un texto similar se publicó en Australia. Antes de eso, una edición de marzo de 1912 de Popular Mechanicsfue probablemente la primera que hablaba en estos términos.
En cualquier caso, la idea llevaba tiempo en boca de muchos, de hecho, el New York Times ya había seguido la discusión científica sobre el efecto del carbón en la atmósfera desde la década de 1850.
¿Y qué ha ocurrido desde entonces? En el año 2016, el planeta consumió más de 5.3 mil millones de toneladas métricas de carbón. Hoy, la atmósfera de la Tierra tiene una cantidad de CO2 sin precedentes: la concentración ha aumentado por encima de 411 partes por millón, el nivel más alto en 800.000 años.
Además, la alta concentración de contaminación en el aire pone en riesgo la vida de las personas a un ritmo alarmante, y el calor que queda atrapado alimenta los incendios y hace que los mares suban. Por último, las altas tasas de producción de carbón están en aumento en otros países en desarrollo, especialmente en las economías en crecimiento como India y China, una actividad con consecuencias impredecibles para los ecosistemas del planeta.
Y curiosamente todo esto no es nuevo: se sabía o se advertía hace más de un siglo. [BusinessInsider]

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