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Las armas impresas en 3D en Estados Unidos, un peligro muy difícil de rastrear

 
Estados Unidos se enfrenta a un problema donde las leyes probablemente van a llegar tarde. Ocho estados han demandado a la administración Trump por permitir que el público descargue planos desde hoy para la creación de pistolas bajo impresión 3D. Cualquiera puede hacer un arma que dispara balas reales.

La demanda presentada por nueve fiscales no era solo contra la administración, también contra Defense Distributed, una empresa de Austin, Texas, que sube diseños para pistolas impresas en 3D a su web (y los diseños de las pistolas son gratuitos). La demanda busca evitar que se distribuyan estos diseños que ya están en el aire.
Como explican en Motherboard, todo esto está ocurriendo porque en el año 2015, Defense Distributed y su fundador, Cody Wilson, demandaron al Departamento de Justicia después de que el gobierno de Estados Unidos exigiera que la empresa eliminara sus diseños de armas impresas en 3D de su web.


El mes pasado, Wilson y su compañía llegaron a un acuerdo con el gobierno que les permitía reanudar hoy miércoles la distribución legal de sus archivos, y la última demanda busca precisamente una orden de restricción temporal que elimine los archivos de Internet y evitar de manera más amplia la distribución de los archivos.
Sin embargo, este último intento de evitar que Defense Distributed funcione libremente es, probablemente, contraproducente: podría darse el Efecto Streisand que tantas veces hemos visto en la red (tratar de censurar algo se vuelve en contra). De hecho, de alguna forma ya ha empezado a pasar, y desde que el tema está en boca de todos la demanda de descarga de archivos de armas impresas en 3D desde la web de Defense Distributed pasó de 1.700 el 28 de julio, a más de 21.000 descargas ayer.
Mientras, la demanda en sí se encuentra en tierra de nadie. Hay quien piensa que el código de los archivos se podrían proteger con la Primera Enmienda, pero otros como la Electronic Frontier Foundation han explicado que estos archivos también pueden considerarse arte o información técnica o científica. Según la EFF:
Los archivos de diseño en cuestión no son software ‘funcional’ que se puede hacer funcionar”, ‘lanzar’ o ‘ejecutar´. Son archivos de almacenamiento de texto, imágenes y formas tridimensionales, que tienen consecuencias funcionales “solo después de que un tercero las interprete e implemente con software, hardware (como una impresora 3D) y materias primas. Incluso bajo la visión defectuosa del gobierno de que la ‘funcionalidad’ disminuye la protección de la Primera Enmienda, los archivos aquí son, en todo caso, menos ‘funcionales’ y, al menos, tan protegidos como las instrucciones de un ordenador para encriptar datos.
Incluso en el caso de que la demanda tenga éxito, resulta imparable detener el número de descargas y archivos que se han reproducido en la red. De hecho, desde su lanzamiento en 2013, más de 100.000 personas han descargado solo los archivos de diseño de la primera pistola impresa en 3D de Wilson, la Liberator.
Es más, los archivos todavía están disponibles en muchos sitios torrent descentralizados, así como en una gran cantidad de repositorios de archivos de diseño de impresión en 3D.
Lo único que parece “salvar” al país de que un gran número de personas no dispongan de una versión en 3D de un AR-15 semiautomática es que la propia tecnología, la impresión 3D, no ha despegado.

Cómo funciona la impresión 3D de armas



Las armas se imprimen en piezas a través de una impresora 3D, piezas que el usuario ensambla posteriormente. Normalmente, el único metal en el arma es el percutor y la bala en sí. Además, hay un problema de seguridad añadido: algunas pistolas de plástico pueden evadir detectores de metales, con tan solo el pequeño percutor y una pieza de acero para cumplir con la Ley de armas de fuego indetectables, según contaban en CBC News.
Cada arma es reutilizable y dispara una cantidad diferente de rondas, dependiendo del tipo de arma hecha con la impresora. Obviamente, las pistolas impresas pueden ser letales y disparar cientos de rondas, pero no son tan duraderas como las convencionales, y muchos campos de tiro en el país impiden su uso.
Por ejemplo, se sabe que la Liberator de la que hablábamos anteriormente, ha tenido fallos en el pasado, aunque Cody Wilson también la ha ido mejorando con el paso del tiempo. En el año 2013, la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos realizó un primer informe oficial sobre la Liberator y otras pistolas impresas. A la primera la llamó por primera vez, “un arma letal”.
Aquel informe mostraba por primera vez el peligro que conllevan estas armas. Una de las pistolas analizadas disparó una bala del calibre .380 sin fallar ocho veces seguidas. La bala viajó en una pieza de gelatina hecha para simular tejido blando humano.

Cuando en el año 2016 se creó una primera pistola semiautomática “en su mayoría” impresa en 3D, su creador, un tipo de West Virginia que se hizo llamar por el seudónimo Derwood, dijo que tuvo que usar un poco de metal para completarla. El cañón de la pistola comenzó a derretirse después de unos 18 disparos si no se dejaba enfriar antes de disparar, según explicaba Wired. En total, decía que disparó más de 800 rondas.
Con este horizonte, los planos de Defense Distributed vuelven a estar libres para el público, permitiendo a cualquier estadounidense volver a descargar los planos de armas 3D, y el único y verdadero obstáculo en estos momentos es el alto precio a pagar por la tecnología.
Por cierto, los usuarios de Defense Distributed, quienes solo necesitan pagar una pequeña tarifa e incluir un correo electrónico, nombre de usuario y contraseña para registrarse, también pueden compartir sus propios diseños de armas, revistas y accesorios. [MotherboardCNNCBCWired]

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