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Luis Fonsi en el anfiteatro Altos de Chavón

LA ROMANA. Dicen que “la lluvia no para la fiesta” pero por poco esa frase no se cumple en el anfiteatro Altos de Chavón en La Romana, donde los fanáticos del astro boricua Luis Fonsi fueron los protagonistas de un aguacero que no cedía.
A las 8:30 p.m. abrió formalmente el joven dominicano Tommy Alba en el concierto Love+Dance World Tour de Fonsi, en una apuesta pop-reguetón juvenil cargada de colores. El público, que no llenó el aforo de las piedras, recibió a Alba con buena vibra. El artista, que tiene una onda de baile y un estilo muy a los boyband latinos, cantó tres temas movidos, entre ellos “Bajo el mismo cielo”.
“Gracias Chavón. Hace un año estaba sentado allí como ustedes y hoy estoy abriéndole al maestro Luis Fonsi. No me cabe la emoción”, expresó.
Luego de la propuesta musical, la lluvia volvió al asecho y esta vez se extendió hasta pasadas las 10:00 de la noche, en un momento en que los asistentes pedían que el artista viniera mojarse junto a ellos.
Con dos retos en su contra; lluvia y audiencia, el artista puertorriqueño Luis Fonsi subió a tarima a las 10:22 de la noche, después que cediera el ‘mar de agua’ y, milagrosamente, el agua paró y permitió el desarrollo del concierto hasta el final.
A ritmo de “Corazón en la maleta”, se encendieron finalmente las luces para dar inicio a su recital. Con guitarra en mano los fanáticos recibieron la primera dosis musical. “Está noche es lluviosa pero romántica. Gracias por esperarnos. Hoy la vamos a pasar bien. República Dominicana es mi segunda casa. Aquí vive parte de mi familia y saludos a mis tías que me visitan en cada concierto aquí. Este año vamos a celebrar mi 20 aniversario de carrera; desde el primer disco hasta el último, que todavía no ha salido”, manifestó en medio de la euforia.
Siguió con “Nada es para siempre”, luego con “Gritar”, recibiendo un canto al unísono del público. Y es que, los que se dieron cita a su recital no son fans del momento o de “Despacito”, en su mayoría son adultos y jóvenes que crecieron con su música. Tal es el caso de Pamela Vargas, miembro del club de fan oficial, quien desde los 11 años ha asistido a sus conciertos, ahorrando cada peso del dinero de la merienda que le daban sus padres para el colegio. Allí estaba. Eufórica y feliz, junto a sus amigas.
Fonsi apostó a “Apaga la luz”, un tema que promete ser un éxito. Recordó por qué el romance nunca pasa de moda con “Llueve por dentro” y “Quisiera poder olvidarme de ti” ante el acompañamiento de una banda de músicos impecable.
“Con llegaste tú”, el sencillo que grabó con Juan Luis Guerra, afirmó que el grande de nuestra música es su artista de todos los tiempos y se la dedicó a su hija Mikaela, que se encontraba en el público con su madre y su hermanito.
El astro volvió con otro pegadizo nuevo tema, “Calipso” con una onda hawaiana que hizo mover a más de uno. Siguió con el set de baladas románticas que lo han catapultado en la industria. Pero el momento más memorable llegó con las canciones inspiradoras “Abrazar la vida”, “Respira” y “No me doy por vencido”, un regalo a todas las personas que están pasando por un mal momento y que fueron cantadas a todo pulmón y con la emoción a flor de piel.
Volvió al momento bailable y más esperado con “Claridad”, “Échame la culpa” y “Despacito” culminando a la medianoche tras una veintena de éxitos.
Pero regresó al escenario y esta vez con su recordado tema “Aquí estoy yo”, una canción que posicionó aún más a los baladistas de mediados del 2000: Sin Bandera, Alex Sintek y David Bisbal.
Tres cambios de vestuario, coreografías, excelentes bailarines y canciones movidas, convierten a Luis Fonsi en un artista con sello propio que se ha montado en la ola de los nuevos tiempos sin dejar perder su esencia: el romance y la balada.




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