Ahora está prohibido en casi todas las estaciones de servicio, pero cuando mis hermanos y yo éramos pequeños, mi padre nos llevaba al túnel de lavado a pasar un buen rato.
Quién iba a imaginar que ese feliz viaje de espuma y cepillos gigantes podía convertirse en un pasaje del terror si no respetabas las señales.
Quién iba a imaginar que ese feliz viaje de espuma y cepillos gigantes podía convertirse en un pasaje del terror si no respetabas las señales.
Al menos eso es lo que le ha ocurrido a este conductor que ignoró por completo una señal luminosa de STOP y decidió que era buen momento para avanzar.
El carro quedó atrapado en uno de los cepillos, el conductor decidió dar marcha atrás y las leyes de Newton hicieron el resto: la maquina cayó sobre el vehículo.
El carro quedó atrapado en uno de los cepillos, el conductor decidió dar marcha atrás y las leyes de Newton hicieron el resto: la maquina cayó sobre el vehículo.
Probablemente arrepentido, el conductor se dio cuenta de dos cosas: 1) que la suspensión de su coche estaba en perfecto estado, a juzgar por el tremendo rebote que pega el vehículo tras ser aplastado por la máquina del túnel de lavado, y 2) que hay que leerse las instrucciones del túnel antes de entrar; o, como mínimo, tener en cuenta las señales parpadeantes que dicen STOP.
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