Voz Editorial Hibi Radio 1070, 3-5-2018
El alto pontífice de la Iglesia Católica, tuvo la valentía de recibir en el Vaticano a los jóvenes Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo, quienes fueron víctimas de violación sexual por parte del cura chileno, Fernando Karadima, precisamente cuando eran menores de edad.
Estos jóvenes de manera franca aceptaron la disculpa del Papa Francisco y le pidieron que emprenda “acciones ejemplares” para sacar sin reservas de cada estamento de la Iglesia a los sacerdotes y otros religiosos que abiertamente han violado menores de edad.
En este encuentro, que presuntamente no será el primero, hablaron de manera respetuosa y franca sobre temas muy difíciles, como el abuso sexual, el abuso de poder y el encubrimiento de los obispos chilenos.
Esta práctica criminal que es de antaño y que se ha extendido por todo el mundo, ha merecido con mucha endereza el rechazo del Papa Francisco y miles de instituciones que luchan contra toda clase de violencia que perjudique la salud de niños, niñas y adolescentes.
La pederastia, que se ha convertido en una epidemia mortal a lo interno de la Iglesia Católica y otras nominaciones religiosas, hay que tratarla como un cáncer y por necesidad sus raíces hay que extirparlas sin importar quién o quiénes caigan en el camino.
En medio del respeto que merecen tantos y tantos religiosos, calificamos de actos criminales las violaciones de menores de edad a cargo de sacerdotes, aunque la Iglesia Católica en muchas partes del mundo, los trate como una enfermedad y un simple pecado.
Antonio María Jiménez es locutor y periodista, director del Noticiario 1070 y dirige varios programas en Hibi Radio. Correo: redaccion@antoniomaria.net
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