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Brasil Lula da Silva se entrega a la policía para cumplir la condena de cárcel por corrupción


El expresidente de Brasil Lula da Silva se entrega a la policía para cumplir la condena de cárcel por corrupción






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Lula saliendo del sindicato metalúrgico entre seguidores y periodistas.
Image captionAnte la presencia de cientos de seguidores y periodistas, Lula abandonó el edificio del sindicato en que se encontraba desde el jueves para entregarse a la policía.
El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva se entregó este sábado a la policía para comenzar a cumplir la condena de cárcel que le impuso la Justicia por corrupción.

Durante la tarde, un grupo de seguidores había impedido que el exmandatario saliera del edificio del sindicato metalúrgico de São Bernardo do Campo, en el estado de São Paulo, donde permanecía atrincherado desde que el jueves fuera ordenada su prisión.

Cientos de militantes bloquearon los portones e impidieron el paso de su vehículo. Ante la imposibilidad de avanzar, Lula abandonó el auto y se dirigió nuevamente al interior del edificio.


Finalmente, Lula pudo abandonar a pie el edificio y y se dirigió a un vehículo de la Policía Federal que le esperaba en las inmediaciones. Tras su entrega, las autoridades lo trasladarán a una prisión en la ciudad de Curitiba, en el sur del país.










Seguidores de Lula bloquean su salida del sindicato.Derechos de autor de la imagenREUTERS
Image captionDecenas de personas bloquearon e impidieron durante unas horas la salida de Lula del edificio del sindicato donde permanece desde que el jueves fuera ordenada su prisión.


El expresidente brasileño ya había anunciado durante la mañana del sábado que cumpliría el mandato de prisión dictado en su contra por corrupción y se entregaría a las autoridades.

"Voy a atender el mandato [de prisión] porque quiero mostrarles lo que es responsabilidad y para poder probar mi inocencia", dijo Lula ante cientos de simpatizantes.
"Voy a atender el mandato para que no digan mañana que soy un prófugo y que me estoy escondiendo. Voy para que sepan que no tengo miedo", afirmó.










Lula y Dilma RousseaufDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEl expresidente brasileño Lula da Silva aseguró no tener miedo y dijo que se entregar'ia a las autoridades para poder demostrar su inocencia.

El exmandatario se había negado a entregarse a la policía antes de las 20:00 GMT del viernes para comenzar a cumplir su condena de 12 años de cárcel dentro del plazo fijado por el juez federal Sergio Moro, responsable por la investigación del gigantesco escándalo de corrupción en Petrobras.
"No estoy por encima de la Justicia (...). Creo en la Justicia, pero en una Justicia justa, con un proceso basado en pruebas concretas", dijo este sábado tras participar en una misa en homenaje a su esposa, Maria Letícia, fallecida en febrero de 2017.
El expresidente volvió a defender su inocencia y dijo que el único crimen que cometió fue haber luchado para reducir la pobreza en Brasil y mejorar la condición de vida de sus ciudadanos.










Lula da Silva arropado por cientos de seguidores.Derechos de autor de la imagenAFP
Image captionCientos de personas arroparon al expresidente Lula da Silva tras anunciar que cumplirá con la decisión de los jueces en la sede del Sindicato de los Metalúrgicos, donde inició su carrera sindical y política.

"(Me entrego) porque sé que la historia va a probar que quien cometió un crimen fue el comisario que me acusó, el fiscal que fue injusto conmigo y el juez que me condenó", afirmó.
"Ellos no saben que el problema de ese país no se llama Lula, se llama la conciencia del pueblo, ustedes (...). Y ustedes van a tener que transformarse en Lula de aquí para adelante a andar por ese país haciendo lo que tienen que hacer", dijo a sus seguidores.

El camino a la condena

Lula rompió así su silencio por primera vez desde que el juez Moro ordenara su arresto para que cumpla una pena de 12 años de prisión por corrupción y lavado de dinero.
En lo que podría ser su último pronunciamiento público antes de entrar en la cárcel, Lula estuvo acompañado por la expresidenta Dilma Rousseff y miembros de la cúpula del Partido de los Trabajadores.
Su presidenta, Gleisi Hoffmann, convocó a sus seguidores a "ocupar" Brasilia y Curitiba, ciudad del sur del país en la que será recluido Lula, hasta que el expresidente brasileño sea liberado.
Las opiniones en torno al caso mantienen una tensión creciente en el panorama político de Brasil y las manifestaciones a favor o en contra de la sentencia se multiplican en varias ciudades.










Fotografía de Lula ante una multitud.Derechos de autor de la imagenREUTERS
Image captionPese a la condena a 12 años y un mes de cárcel por corrupción, Lula lidera las encuestas para las elecciones presidenciales brasileñas que se celebrarán en octubre.

Fue en 2014 cuando los fiscales comenzaron a investigar ciertas acusaciones de que los ejecutivos de la petrolera estatal Petrobras habían aceptado sobornos a cambio de adjudicar contratos a empresas de construcción.
La investigación descubrió una gran red de corrupción que involucraba a políticos de alto nivel de un amplio espectro de partidos que recibían sobornos.
Fue así cómo el propio Lula fue condenado por recibir un apartamento frente a la playa, renovado por valor de unos US$1,1 millones, como un soborno de la firma de ingeniería OAS.
La defensa del exmandatario, por su parte, asegura que la propiedad del departamento nunca se probó y que la sentencia se basa en gran medida en la palabra de otro alto cargo condenado por corrupción.

¿Qué pasa ahora?

A pesar de que los jueces le ordenaron entregarse, esto no implica que el exmandatario irá a la cárcel por 12 años, pues la defensa de Lula no agotó aún sus últimos recursos.
Hay dos tribunales a los que todavía pueden recurrir: el Superior y el Supremo.
En cualquier caso, ninguno de ellos volvería a examinar si Lula es culpable de corrupción, sino si se siguieron correctamente los procedimientos legales o si se violaron sus derechos constitucionales.
Pero este proceso puede llevar meses o incluso años y si cualquiera de los dos tribunales fallara a favor de Lula, su condena podría ser anulada y sería liberado.

¿Qué hay de las elecciones?

Bajo la "ficha limpia" aprobada en 2010, nadie condenado por un delito confirmado en apelación puede postularse para un cargo electo durante al menos ocho años.
Esa ley descartaría que Lula se postule para la presidencia en octubre, como tenía previsto.










globoDerechos de autor de la imagenAFP/GETTY IMAGES
Image caption"Lula, el lugar de un ladrón es la prisión", dice el cartel ubicado junto a un globo que representa al expresidente en una calle de Brasil.

Sin embargo, se han hecho excepciones a la ley anteriormente.
La decisión sobre si Lula puede postularse a presidente dependerá del Tribunal Superior Electoral (TSE).
Pero ese ente no tomará una decisión sobre si Lula puede presentarse o no la carrera electoral hasta que se registre como candidato, para lo que tiene como plazo hasta el próximo 15 de agosto.

La incertidumbre en Brasil luego de que el expresidente Luiz Inácio Lula de Silva se negara a entregarse en el plazo dado por el juez Moro
El tiempo se cumplió, la incertidumbre aumenta.
El expresidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, se negó este viernes a entregarse a la policía dentro del plazo dado por el juez Sergio Moro, que vencía el viernes en la tarde.
Según la orden, el exmandatario debía presentarse ante la policía de Curitiba (sur) antes de las 20:00 GMT para comenzar su condena de 12 años de cárcel por corrupción.
Lula decidió no entregase, un desacato que hace que crezcan las interrogantes sobre qué vendrá ahora.
Mientras sus abogados interponían nuevos recursos para mantenerlo fuera de las rejas, Lula se atrincheró en el edificio del Sindicato Metalúrgico de São Paulo, donde cientos de simpatizantes comenzaron a llegar en su apoyo.
Todo esto después de que el Tribunal Supremo Federal de Brasil rechazara el pasado miércoles el recurso de 'habeas corpus' con que el expresidente buscaba evitar ir a prisión en tanto apelaba su condena.
Entre tanto, las opiniones en torno al caso mantienen una tensión creciente en el panorama político de Brasil y las manifestaciones a favor o en contra de la sentencia se multiplican en varias ciudades.
Para los conservadores, Lula es la cara más visible de la plaga de corrupción que afecta a la elite política del país.
Pero para la izquierda, es un héroe cuya presidencia entre 2003 y 2010 sirvió para reducir los niveles de pobreza y ahora es víctima de un sistema judicial que pasa por alto otros escándalos de corrupción, como los atribuidos al presidente Michel Temer.












ManifestantesDerechos de autor de la imagen
Image captionEn varias ciudades de Brasil se han registrado manifestaciones a favor y en contra de Lula.

"Es una decisión arbitraria, ilegal, va en contra de la Constitución, va en contra de sus derechos humanos básicos, contra de su dignidad, y vamos a luchar para que no vaya a la cárcel hasta que tengamos recursos legales disponibles", explicó a la BBC Valeska Teixeira Zanin Martins, una de sus abogadas.
Los cargos en contra de Lula vienen de una investigación anticorrupción conocida Operación Lava Jato, que implica también a otros altos cargos políticos de varios partidos.
Pero ¿cómo llegó el expresidente a esta inusual situación?

A la expectativa
Por Katy Watson, enviada especial de la BBC a Sao Bernardo do Campo
Estas últimas 24 horas han cautivado a Brasil. Los helicópteros han estado sobrevolando el edificio del sindicato de los trabajadores metalúrgicos, donde Lula está con sus seguidores, transmiten cada movimiento para los espectadores de todo el país.
A medida que avanzaba el día, la multitud se hizo más grande.
La gente esperaba la aparición del hombre que, según dicen, fue el mejor presidente que Brasil ha tenido. Pero hasta ahora poco han visto de él: solo algunas apariciones desde la ventana y poco más.
Mientras tanto, en las redes sociales, sus oponentes celebran el destino del expresidente: un político corrupto que creen debe estar tras las rejas.
Ya se cumplió el plazo y ahora, ¿qué sigue? ¿Negociará con la policía o se mantendrá firme?
El viernes había muchos rumores, pero nadie sabía con certeza qué iba a pasar. Estas eran aguas inexploradas para Brasil.

El camino a la condena

Lula llegó al poder de Brasil el 1 de enero de 2003 y abandonó el palacio de Planalto a inicios de 2011, cuando entregó la presidencia a Dilma Rousseff.
Extrabajador metalúrgico y activista sindical, fue el primer líder de izquierda en llegar al gobierno en casi medio siglo.
Mientras estuvo en el cargo, Brasil experimentó su período más prolongado de crecimiento económico en tres décadas, lo que le permitió a crear varios programas sociales.
Decenas de millones de personas salieron de la pobreza gracias a las iniciativas tomadas por su gobierno y dejó el cargo con un índice de popularidad récord.
De hecho, varias encuestas estiman que sería el favorito para las próximas elecciones de octubre.
Pero en 2014, los fiscales comenzaron a investigar ciertas acusaciones de que los ejecutivos de la petrolera estatal Petrobras habían aceptado sobornos a cambio de adjudicar contratos a empresas de construcción.
La investigación descubrió una gran red de corrupción que involucraba a políticos de alto nivel de un amplio espectro de partidos que recibían sobornos.
Fue así cómo el propio Lula fue condenado por recibir un apartamento frente a la playa, renovado por valor de unos US$1,1 millones, como un soborno de la firma de ingeniería OAS.












Fotografía de Lula ante una multitud.Derechos de autor de la imagen
Image captionPese a la condena a 12 años y un mes de cárcel por corrupción, Lula lidera las encuestas para las elecciones presidenciales brasileñas que se celebrarán en octubre.

La defensa del exmandatario, por su parte, asegura que la propiedad del departamento nunca se probó y que la sentencia se basa en gran medida en la palabra de otro alto cargo condenado por corrupción.

¿Qué pasa ahora?

A pesar de que los jueces le ordenaron entregarse, esto no implica que el exmandatario irá a la cárcel por 12 años, pues la defensa de Lula no agotó aún sus últimos recursos.
Hay dos tribunales a los que todavía pueden recurrir: el Superior y el Supremo.
En cualquier caso, ninguno de ellos volvería a examinar si Lula es culpable de corrupción, sino si se siguieron correctamente los procedimientos legales o si se violaron sus derechos constitucionales.
Pero este proceso puede llevar meses o incluso años y si cualquiera de los dos tribunales fallara a favor de Lula, su condena podría ser anulada y sería liberado.

¿Qué hay de las elecciones?

Bajo la "ficha limpia" aprobada en 2010, nadie condenado por un delito confirmado en apelación puede postularse para un cargo electo durante al menos ocho años.
Esa ley descartaría que Lula se postule para la presidencia en octubre, como tenía previsto.












globoDerechos de autor de la imagen
Image caption"Lula, el lugar de un ladrón es la prisión", dice el cartel ubicado junto a un globo que representa al expresidente en una calle de Brasil.

Sin embargo, se han hecho excepciones a la ley anteriormente.
La decisión sobre si Lula puede postularse a presidente dependerá del Tribunal Superior Electoral (TSE).
Pero ese ente no tomará una decisión sobre si Lula puede presentarse o no la carrera electoral hasta que se registre como candidato, para lo que tiene como plazo el 15 de agosto.
La solicitud de habeas corpus del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva fue rechazada por el Supremo Tribunal Federal (STF) en la madrugada de este jueves, allanando así el camino para su entrada en prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero.
Por 6 votos contra 5, la Corte confirmó la interpretación consensuada en 2016 según la cual las personas condenadas en segunda instancia por la justicia ya deben empezar a cumplir su sentencia. Es decir, que no pueden recurrir a los tribunales superiores en libertad.
Eso deja en manos del juez Sergio Moro, responsable del proceso contra Lula en la Corte Federal de Paraná, la expedición de un mandato de prisión en contra del exmandatario, condenado a 12 años y un mes de cárcel en el marco del escándalo de la petrolera estatal Petrobras.
Pero la defensa de Lula tiene hasta el día 10 de abril para presentar los llamados "embargos de los embargos" ante el Tribunal Regional Federal de la 4ª Región (TRF-4), de Porto Alegre, donde apeló sus sentencia.
Y eso significa que es bastante improbable que el líder del Partido de los Trabjadores (PT) vaya a ser arrestado antes de esa fecha.
















Protesta contra LulaDerechos de autor de la imagen
Image captionEl exmandatario no puede ser enviado a prisión antes del 10 de abril.Saltar las recomendaciones

















Fue el Tribunal Regional Federal de la 4ª Región el que ratificó la condena de Lula e incluso aumentó la sentencia dictada por el juez Moro por el ya famoso departamento de lujo de tres pisos (triplex) en Guarujá.
Lula niega haber recibido el inmueble de parte de la constructora OAS como contrapartida de recursos desviados de Petrobras.
Y si bien la derrota en el STF complica mucho la situación del expresidente, eso no necesariamente significa que cumplirá integralmente los 12 años de condena en prisión.
















Estatua del juez Sergio MoroDerechos de autor de la imagen
Image captionLa decisión del STF expone a Lula a una posible orden de arresto ordenada por el juez Sergio Moro.

De hecho, hay tres caminos que pueden terminar con la liberación de Lula.
  1. Su defensa puede presentar nuevos pedidos de habeas corpus
  2. Su condena puede ser anulada por los tribunales superiores
  3. El STF puede modificar su posición sobre la prisión después de condenas en segunda instancia para todos los reos del país, lo que beneficiaría al líder del PT.
A continuación explicamos como funciona cada uno de esos caminos y cuáles son las posibilidades reales de que Lula evite la prisión.

1 - Nuevas solicitudes de habeas corpus

El habeas corpus es una acción que sirve para proteger la libertad de ir y venir de las personas contra abusos de autoridad o decisiones legales. Y el que el Supremo Tribunal le rechazó a Lula fue un habeas corpus preventivo, que trataba de evitar su entrada a prisión.
Pero, una vez preso, él podrá, si así lo quiere, presentar otros recursos, con nuevos argumentos. No existen límites para la presentación de ese tipo de solicitudes.
















Rosa Weber
Image captionLa magistrada Rosa Weber voto contra el habeas corpus pedido por Lula.

"Siempre que presentes un argumento diferente, puedes pedir un habeas corpus por semana", explica el profesor de derecho de la Universidad de Sao Paulo Rafael Mafei.
"Ese (que acaba de ser rechazado) fue porque la decisión era inapelable, mañana puede ser porque estoy enfermo, pasado mañana porque corro el riesgo de morir en prisión, después porque estoy viejo", resaltó.
Las posibilidades de éxito, sin embargo, tienen a disminuir, observa la abogada Flavia Rahal, profesora de derecho penal económico de la Fundación Getúlio Vargas de Sao Paulo.
"Si usted tiene a todo el pleno de la Suprema Corte con una decisión sólida, sin ninguna división, aunque se puedan presentar otros habeas corpus el éxito es más difícil", afirma.
















Luiz Inácio Lula da SilvaDerechos de autor de la imagen
Image captionEl expresidente puede alegar diferentes motivos para no ser enviado a prisión.

Ante la dificultad de conseguir su libertad, la defensa de Lula también puede pedir prisión domiciliar.
La semana pasada, por ejemplo, el diputado federal Paulo Maluf consiguió, por medio de habeas corpus, una orden judicial para ser transferido del complejo penitenciario de Papuda, en Brasilia, a su residencia en Sao Paulo.
Maluf estaba preso desde diciembre, después de haber sido condenado a siete años de cárcel por lavado de dinero. Pero el diputado, quien tiene 86 años, alegó problemas de salud.
Lula, de 72 años, ha sin embargo presumido de su buena condición física, divulgando incluso a través de las redes sociales imágenes suyas haciendo ejercicio, lo que podría complicar la aprobación de un pedido similar.
Y además de eso, como resalta Flavia Rahal, la conquista de Maluf es algo bastante raro. De hecho, él obtuvo la medida por decisión del juez Dias Toffoli en contra de la decisión de su colega Edson Fachin.
"Es casi imposible que un magistrado dé una orden judicial en contra de la decisión de otro", concuerda Mafei, de la USP.

2. Recursos contra la condena

Lula también puede recurrir su sentencia ante los tribunales superiores, el Supremo Tribunal de Justicia (STJ) y el mismo STF.
Esos tribunales ya no analizarían las pruebas a favor o en contra del exmandatario, pues esa etapa acaba en la segunda instancia, pero pueden discutir si el proceso en su contra se condujo dentro de la legalidad.
















STFDerechos de autor de la imagen
Image captionEl Supremo Tribunal Federal podría volver a verse implicado en el caso.

El STJ analiza si se respetaron las leyes federales, por ejemplo, si las pruebas fueron recabadas correctamente, mientras que el STF analiza si se respetaron o no los principios constitucionales, como el derecho a la debida defensa.
Es decir, en esos tribunales no se repetirían las discusiones sobre si Lula es efectivamente el dueño del apartamento o no.
"Son recursos muy técnicos, que discuten tesis jurídicas. Hay una serie de requisitos que muchas veces limitan el conocimiento de esos recursos", observa Rahal.
Si los tribunales superiores deciden que el proceso no fue conducido correctamente, la condena de Lula por el caso del apartamento puede ser anulada definitivamente, lo que le devolvería la libertad.
















Simpatizante de LulaDerechos de autor de la imagen
Image captionA pesar de los procesos en su contra, Lula sigue siendo el político más popular de Brasil.

La tramitación de esos recursos, sin embargo, tiende a demorar, pudiendo durar meses o incluso años.
Y los problemas jurídicos de Lula no se limitan al caso del apartamento, por lo que el expresidente todavía puede ser condenado en el marco de otros procesos.
En el Juzgado Federal de Paraná el exmandatario está acusado en otras dos causas también vinculadas a Lava Jato. Y también enfrenta acusaciones en el Juzgado Federal del Distrito Federal por otras cuatro causas vinculadas a las operaciones Zelotes, Janus y Lava Jato.
La defensa de Lula rechaza todas las acusaciones y dice que es víctima del uso de la ley con fines políticos.

3. Un nuevo cambio en la posición del STF

La posición del Supremo Tribunal Federal sobre la posibilidad de prisión después de una condena en segunda instancia ha cambiado a lo largo del tiempo y existe la posibilidad de que la misma vuelva a ser revisada, lo que beneficiaría a Lula.
La Corte no siempre ha interpretado de la misma forma la Constitución Federal, cuyo texto establece que nadie puede ser considerado culpable mientras no haya completado su tránsito por lo juzgados (cuando ya no caben más recursos judiciales).
















Plenario del STF el 01/03/2018Derechos de autor de la imagen
Image captionSólo fue en 2016 que el STF decidió que la prisión después de la segunda instancia era constitucional.

Desde 1988, cuando se promulgó la Constitución, hasta 2009, el plenario integrado por 11 magistrados nunca se manifestó sobre el tema y las decisiones se tomaban caso por caso en las salas, integradas por cinco letrados.
Y en 2009, cuando los once magistrados juzgaron por primera vez un habeas corpus que pedía el derecho de un condenado a recurrir su sentencia en libertad, el Supremo prohibió la cárcel antes del agotamiento de los recursos por 7 votos contra 4.
En 2016, sin embargo, el Supremo volvió a analizar la cuestión y por 6 votos contra 5 decidió autorizar el cumplimiento anticipado de la pena.
En esa ocasión, prevaleció el convencimiento de que la persona puede ir a la cárcel después de que se concluya la etapa de análisis de pruebas, lo que ocurre en la segunda instancia.
Per el resultado cambió porque porque cambió la composición de la corte debido a la jubilación de algunos magistrados y porque uno de ellos, Gilmar Mendes, modificó su voto.
Y Mendes ha dado señales de haber vuelto a cambiar de idea, lo que sumado a la muerte en 2017 del magistrado Teori Zavascki -quien también votó a favor de la prisión anticipada- sugiere que es posible que el STF se eche para atrás, lo que beneficiaría a miles de condenados, incluido Lula.
















Gilmar MedesDerechos de autor de la imagen
Image captionEl magistrado Gilmar Mendes votó a favor del habeas corpus de Lula.

"Si eso pasa, Lula debe ser liberado, porque el motivo para enviarlo a prisión ahora es (la autorización del STF para) el cumplimiento anticipado de la pena", explica el profesor Mafei.
"Se podría ordenar su prisión (antes de la condena definitiva) si hubiese amenazado a testigos, destruido pruebas o tratado de de huir del país. Como eso no pasó, la única razón que puede llevarlo a prisión en este momento es que la pena tiene que ser cumplida desde este momento. Pero si esa interpretación cambia, la prisión tiene que caer", concluyó.

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