Corea del Norte participa con solo 22 atletas en los Juegos Olímpicos de Invierno que organiza su vecina del sur. Sin embargo, su delegación olímpica cuenta con un auténtico ejército de animadoras que se han convertido en el centro de atención por sus peculiares coreografías. La cuestión es: ¿por qué tantas?
Lo de ejército no es una manera de hablar. Según la revista Time, la delegación norcoreana cuenta con 229 animadoras seleccionadas escrupulosamente entre las jóvenes de buena familia más cercanas al régimen. Se da la circunstancia de que estas mujeres que lo dan todo en las gradas ni siquiera son animadoras profesionales.
La periodista Suki Kim, que pasó meses literalmente infiltrada en Corea del Norte estudiando su modo de vida explica que todas ellas son reclutadas para servir como animadoras y no pueden negarse a ello. Tampoco es que el viaje a los juegos sea una tortura. Participar como animadoras es un símbolo de estatus en el hermético régimen norcoreano. La propia primera dama de Corea del Norte, Ri Sol Ju, fue animadora en 2005.
Cuando regresan a su país, todas ellas retoman sus actividades cotidianas y tienen prohibido discutir públicamente su experiencia fuera del país. No es algo muy raro en Corea del Norte, donde las jóvenes también son enviadas por temporadas a servir como camareras en los exclusivos restaurantes norcoreanos que operan fuera de sus fronteras.
El ejército de animadoras se ha granjeado la simpatía de Internet, pero Kim recuerda que el régimen de Pion Yang sigue siendo el mismo que en 1988 asesinó a 115 personas en un atentado terrorista contra un avión surcoreano.
También es el mismo que sigue realizando pruebas nucleares en contra de las leyes internacionales.
Las animadoras norcoreanas tienen el mérito de haber borrado estos detalles al menos durante la duración de los juegos.
Toda una poderosa herramienta de propaganda. [vía Time y Business Insider]
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