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Este escarabajo puede librarse de un depredador causándole el vómito desde dentro de su estómago

El mundo animal está lleno de mecanismos de defensa extraordinarios, pero lo del escarabajo bombardero es otro nivel.

Estos insectos evolucionaron para escapar de sus depredadores desde el interior de sus estómagos, provocándoles el vómito con una caliente y desagradable segregación de sustancias químicas.
Esta llamativa habilidad fue descrita por primera vez en 2016 por científicos de la Universidad de Kobe liderados por el biólogo Takuya Sato. Los investigadores alimentaron a un sapo con un escarabajo bombardero y observaron cómo el anfibio lo expulsaba de su estómago 44 minutos después de habérselo tragado. Nunca habían visto a un sapo o una rana vomitar de esa manera, pero lo más alucinante fue que el escarabajo seguía vivo y coleando. ¿Cómo era siquiera posible?
Según un estudio de seguimiento publicado esta semana en Biology Letters, el escarabajo bombardero produce una sustancia química nociva en sus entrañas que es capaz de expulsar mediante un chorro caliente de su abdomen (lo que en términos entomológicos significa “culo”). Lo hace cuando se encuentra amenazado, ya sea durante un ataque (para disuadir al sapo de su intento de devorarlo) o dentro del estómago del depredador (para hacer que este lo regurgite y expulse al exterior).
En algunas especies de escarabajo bombardero, estas sustancias químicas alcanzaron los 100 ºC y reaccionaron para producir peróxido de hidrógeno y otros compuestos irritantes como benzoquinonas, que se sabe que dañan los tejidos. (No me extrañar que el sapo ponga esa cara en el GIF de arriba).
Pero no todos los escarabajos sobrevivieron gracias a este mecanismo: los científicos descubrieron que si agotaban las defensas de los insectos antes de entregarlos como alimento a los sapos, todos morían digeridos. En cambio, los escarabajos que tenían sus defensas al máximo siguieron vivos en el 43% de los casos (especialmente los de mayor tamaño). Lo más increíble es que todos los escarabajos que lograron causar el vómito de su depredador salieron sanos de su interior, donde permanecieron entre 12 y 107 minutos.

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