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Para qué sirven realmente esos recovecos en las paredes del metro de Nueva York

Con 469 estaciones, 1062 kilómetros de vías y 5 millones de usuarios al día, el metro de Nueva York es uno de los más grandes e icónicos del mundo. Si has visitado la Gran Manzana, tal vez lo recuerdes por sus azulejos blancos, sus famosas ratas, sus trenes anticuados o porque funciona las 24 horas.
Pero ¿sabes para qué sirven esos recovecos del tamaño de una puerta que aparecen a menudo en las paredes de las estaciones, a la altura del tren? No son puertas secretas ni extraños patrones decorativos: tienen una función práctica y es que el metro siga funcionando con normalidad aunque haya operarios trabajando en las vías. Son pequeños escondites para los obreros.

En una ciudad como Nueva York se trabaja a contrarreloj para que las obras de mantenimiento no interfieran demasiado con los horarios de los trenes. Tanto que, a veces, el metro sigue su ruta habitual aunque haya operarios en las vías. En este vídeo, ¿A dónde van los operarios del metro de Nueva York cuando llega un tren?, se ve como seis obreros dejan lo que están haciendo y se meten cada uno en un recoveco de la pared antes de que llegue el tren. 

El tren entra muy despacio en la estación en obras, pero sigue cargando y descargando pasajeros con normalidad mientras los trabajadores esperan a salvo a ras de los vagones. 

El método es sorprendentemente eficiente (no hace falta cerrar la línea de metro ni estar subiendo y bajando del andén), pero nos deja una duda: ¿qué pasa si un operario es demasiado gordo?

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