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Por qué los conductores de trenes realizan gestos y señales con las manos durante todo el trayecto

Si alguna vez has tenido la oportunidad de viajar en tren por Japón, es posible que hayas podido ver a través de los cristales al conductor realizando todo tipo de gestos y señales con sus manos mientras lleva el aparato. ¿Qué demonios significa y cuál es el motivo?
El término japonés para esta especie de ritual se conoce como shisa kanko, aunque también existen variantes como shisa kakunin kanko y yubisashi kosho. Viene a ser algo parecido al término en inglés “pointing and calling”.
Este extraño espectáculo que todavía perdura en el país asiático se remonta a más de un siglo en el tiempo, más o menos a comienzos de 1900. Cuentan los libros de historia que todo comenzó a través de un ingeniero y conductor de trenes de vapor llamado Yasoichi Hori, quien supuestamente estaba empezando a perder la vista.


Preocupado por haber recibido una señal por error, Hori comenzó a gritar preguntando por el estado de la señal al compañero que viajaba con él. Este último le confirmó respondiéndole. Un tipo que trabajaba para la compañía de trenes vio la escena y le pareció que era una forma excelente de reducir los posibles errores.
Así, en el año 1913 esta “llamada y respuesta” se codificó en un manual de ferrocarril denominado kanko oto. Las señales llegarían un poco más tarde, hacia 1925.
La técnica sirve como método de prevención de errores a través de gestos y vocalizaciones. La teoría dice que al escuchar tu propia voz, y hacer uso de los músculos de la boca y el brazo, estimulas tu cerebro para que esté más alerta. ¿Y funciona?
Según una investigación realizada en 1994 por el Instituto de Investigación Técnica Ferroviaria de Japón, sí. Los trabajadores a los que se les pidió que completaran una tarea simple realizaron una media de 2,38 errores por cada 100 acciones cuando no se tomaron medidas especiales para evitar errores.
Sin embargo, cuando se les pidió agregar una llamada o simplemente señalar, su tasa de error se redujo significativamente. Mejor aún, la tasa de error fue mínima cuando usaron ambos pasos a la vez, reduciéndolos a casi un 85%. 
Esta es la historia de un método que ha acabado convirtiéndose en tradición (en un país eminentemente tradicional). De hecho, el mismo se ha extendido a toda una gama de industrias y negocios japoneses. Y no sólo Japón, aunque no es muy común en otros países, espacios como el sistema de metro de Nueva york también lo han asimilado.

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