Se trataba de reemplazar los viejos espejos retrovisores, ya muy deteriorados, por unos convexos de máxima visibilidad.
El trabajo era sencillo, pero me recordó un detalle intrigante: el espejo del lado del copiloto es mucho más pequeño.
Tenía que averiguar más sobre el asunto, y lo que descubrí es que se trata de una tendencia especialmente arraigada en los automóviles de fabricación alemana de mediados a finales de los 90, especialmente en los sedán de tamaño grande y medio como el S6.
Volkswagen instaló esos pequeños espejos retrovisores en el lado derecho en sus Passat. Audi también lo hacía, y BMW, y Mercedes...
Probablemente Opel también cayera en esa extraña tendencia, aunque no he podido verlo en persona.
¿Por qué?
La razón está precisamente en el tamaño, pero no en el del espejo retrovisor, sino en el del coche en relación a su entorno.
En Europa, los automóviles de gran tamaño tienen que circular por calles a veces muy estrechas en el casco antiguo de las ciudades o en pueblos cuyo trazado se remonta a la edad media.
Los fabricantes alemanes pensaron que hacer el espejo derecho más pequeño reducía la posibilidad de dañarlo al maniobrar por esas calles, y también reducía la posibilidad de que los peatones o ciclistas chocaran contra él estando estacionado.
Las décadas de los 70 y 80 fueron un período de transición para muchos fabricantes europeos, y antes de eso el espejo retrovisor derecho ni siquiera existía.
Para cuando llegaron los 90, las berlinas se habían vuelto tan grandes que necesitaban algún apoyo visual en el lado derecho.
La respuesta a esa necesidad fueron esos pequeños espejos que parecen la aleta de la suerte de Nemo.
Por qué estos espejos desaparecieron sin dejar rastro?
A mediados de la decada de 2000, los retrovisores motorizados eléctricos se convirtieron en la norma en la mayor parte de berlinas y automóviles de gama alta de los fabricantes, y el tamaño de las calles dejó de ser un problema.
Los espejos asimétricos son un anacronismo extraño pero que forma parte de la personalidad de mi coche. Ahora al menos se por qué es así.
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