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Solo en el año 2016, 397 motoristas perdieron la vida en accidentes de motocicleta y ciclomotor, un 3% más que el año anterior.
Las ciudades, por su parte, concentran el 55% de los motociclistas heridos graves y según datos de la DGT, el riesgo de fallecer en un accidente de tráfico es 17 veces mayor que en automóvil.
El ex director general de Tráfico, Pere Navarro, recordó que «en seguridad vial hemos pasado de preocuparnos del automóvil a hablar de las bicicletas y nos hemos olvidado de las motos que están siendo uno de los grandes protagonistas de la movilidad en nuestras ciudades».
La jornada abordó de forma global los múltiples retos a los que se enfrenta este particular medio de transporte, su situación actual y sus perspectivas de futuro, tanto desde el ámbito de la industria como desde el de la seguridad vial, el plano normativo, la visión internacional, el estado actual de la formación, la planificación urbanística y la convivencia de la moto con otros medios de transporte, el papel de los medios de comunicación, la gestión de la revolución del e-commerce en el sector y la visión de los propios usuarios así como del conductor profesional.
Tras presentar el decálogo conjunto, el secretario general de Anesdor, José María Riaño ha indicado que «mejorar la calidad de la formación de los usuarios de moto es una de nuestras prioridades. Por ello, promovemos el desarrollo de un Certificado de Calidad que permita a la Administración acreditar los cursos de formación y, en paralelo, promueva este tipo de formación avanzada entre los motoristas».
Por su parte Ramón Ledesma, asesor de Pons Seguridad Vial, señaló que «pese a que estos últimos años la cifra de 1.700 fallecidos se mantiene estable, su distribución interna va cambiando. En el año 2012 el porcentaje de grandes vulnerables -peatones, ciclistas y motoristas- ocupaba el 42%. En año 2015, era ya del 49%. Y, previsiblemente, este próximo año supere el 50%». «España necesita una nueva Ley de vulnerables que proteja a este colectivo y contemple un nuevo régimen y control de velocidades, un nuevo sistema prioridades, de preferencias de paso y de construcción de sus infraestructuras», añadió el responsable de la consultora.
Hoja de ruta
Los organizadores reclaman como primera medida que los organismos dedicados a la seguridad vial reconozcan a la moto la importancia que tiene y merece y dediquen una proporción de tiempo y presupuesto equivalente a la representatividad de sus víctimas en el tráfico, que actualmente está en el 22%.
También se reclama que se proceda a la revisión y actualización del Plan Estratégico de Seguridad Vial para las motocicletas, para adecuarlo a las nuevas circunstancias de la moto. Asimismo, Anesdor y Pons Seguridad Vial reclaman un modelo de Plan de Seguridad Vial urbana que facilite su aplicación práctica en el ámbito municipal.
En el plano normativo, y de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que define a los motoristas como usuarios vulnerables, el decálogo recomienda el desarrollo de una Ley de Usuarios Vulnerables para hacer un seguimiento especial para hacer frente a sus problemas y necesidades, junto a peatones y ciclistas.
En ese sentido, la normativa debe hacer hincapié en la promoción y extensión de las políticas de tráfico calmado o «zonas 30» por su significativa incidencia en la seguridad de los motociclistas, así como en el incremento de zonas de aparcamiento y ordenación normativa que establezca criterios objetivos para garantizar que se dedica una proporción de la superficie disponible equivalente a la cuota del parque de vehículos que representa la moto.
La formación y las campañas de seguridad vial específicas para la moto son cuestiones clave en la batería de propuestas presentadas. Así, Anesdor y Pons Seguridad Vial recomiendan una revisión integral de la política de formación vial que favorezca el reciclaje continuo de las personas en hábitos de conducción segura en moto.
Con medidas como la introducción de la seguridad vial en el ciclo escolar, el decálogo contempla una serie de incentivos vinculados al aprovechamiento de cursos de conducción segura, como que los cursos de conducción segura tengan contemplados la asignación de tres puntos en el carnet de conducir.
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