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El efecto Allais en un eclipse solar, el misterioso fenómeno que desafía a la física desde hace 50 años

De todos los fenómenos que se pueden dar en el próximo eclipse total solar que tendrá lugar el 21 de agosto, hay uno que sigue manteniendo un halo de misterio. 
Para muchos, simplemente no existe. 
En cambio, para otros estamos ante un enigma que desafía a la física y al propio Einstein desde hace medio siglo.
Lo cierto es que cuando se da un eclipse total solar, se producen pequeños fenómenos. Si tuviéramos que hablar del experimento más famoso tendríamos que nombrar a Stanley Eddington, el astrofísico británico que contribuyó como ninguno a probar la teoría de la Relatividad General mediante la observación del desplazamiento de la posición relativa de una estrella durante un eclipse total de Sol.
Una de las fotografías tomadas del eclipse de 1919 durante la expedición de Eddington, la cual confirmó las predicciones de Einstein.
Las observaciones del astrónomo fueron la primera prueba de validez de la relatividad general frente a la, en parte obsoleta, mecánica newtoniana. Luego ha existido controversia. Algunas investigaciones aseguran que seleccionó arbitrariamente qué información utilizar.
Sea como fuere, posteriormente se ha comprobado el desplazamiento de la luz de las estrellas al pasar cerca del Sol y, además, en repetidas ocasiones.

El efecto Allais

Fotografía tomada durante un eclipse en Francia. Wikimedia Commons
Para el segundo gran experimento (y fenómeno) en un eclipse total, hay que remontarse unos años más tarde, hasta 1954 con la figura de Maurice Allais. Allais fue un economista y físico francés, ganador del premio Nobel de Economía en 1988 por sus contribuciones pioneras a la teoría de mercados y a la utilización eficiente de los recursos.
Sin embargo, el economista también estaba interesado en teorías alternativas de la gravedad y el electromagnetismo. Pensó que la gravedad podía ser el efecto de un éter cósmico (una hipotética sustancia extremadamente ligera que ocupaba todo el espacio como un fluido), y que los efectos de este podrían observarse durante un eclipse. 
De esta forma, en 1954 llevó a cabo un experimento simple con un péndulo de Foucault.
Allais con el péndulo. 
Veamos. Cuando hablamos de un péndulo básico estamos ante un sistema físico que puede oscilar bajo la acción gravitatoria, y que está configurado por una masa suspendida de un eje horizontal fijos mediante un hilo o una varilla. Cuando el péndulo se libera, oscila hacia adelante y hacia atrás a una velocidad regular. Generalmente, al poco tiempo la orientación de un péndulo cambiará con la dirección de su movimiento de ida y vuelta.
Gravedad de un péndulo simple.
Esto lo notó por primera vez el inventor Léon Foucault en la década de 1850. Como demostró Foucault, el cambio gradual de un péndulo se debe a la rotación de la Tierra. Todo en la Tierra se mueve alrededor de un círculo una vez al día. De hecho, si estás en el ecuador recorrerías toda la circunferencia del planeta en 24 horas.
Esto viene a significar que, mientras todo en la Tierra se mueve en un círculo una vez al día, las cosas más cercanas al ecuador se mueven más rápido que las cosas más cerca de los polos de la Tierra. Su velocidad depende de su latitud. A medida que el péndulo oscila, estará ligeramente más cerca del ecuador en una parte de su oscilación, y ligeramente más lejos en otra parte.
Como resultado, el movimiento de la Tierra hace que la orientación del péndulo se desplace ligeramente con cada oscilación, el famoso efecto conocido como precesión (ver GIF debajo). El efecto es muy pequeño, pero se acumula.
Y aquí viene la parte más interesante. Debido a que la precesión se debe a la rotación de la Tierra, la física tradicional dice que la tasa de precesión debe ser la misma durante un eclipse, como en cualquier otro momento. Sin embargo, cuando Allais realizó su experimento con el péndulo, encontró que la tasa de precesión cambiaba durante el eclipse. ¿Cómo demonios era posible?
Desde entonces, el extraño experimento recibió el nombre del “efecto Allais”. Obviamente, el resultado fue tan inesperado como inexplicable para los modelos estándar de gravitación de la Física. La crítica se tiró encima de Allais por semejante herejía. Aunque el experimento parecía simple, podía estar influenciado por los cambios atmosféricos de temperatura, presión y humedad que pueden ocurrir durante un eclipse total. Además y según la mayoría de los expertos de la época, no existe un mecanismo claro para tal anomalía, ni siquiera Allais podía dar con un reclamo.
Lo lógico, dada la situación, es que se repitiera el experimento para darle validez o no. 
El problema es que los eclipses totales solares no son demasiado comunes, y tampoco suelen ocurrir en los laboratorios. Así que sólo se han hecho un puñado de experimentos con equipos de gran precisión.
Leon Foucault demostrando la rotación de la Tierra. 
¿Los resultados? De todo tipo. El mismo Allais lo repitió en 1959 y encontró el mismo efecto. En 1965, un experimento utilizando un gravímetro más preciso no encontró efecto, mientras que un experimento de péndulo en 1970 encontró cierto efecto, aunque la causa no estaba clara. En 2003, la revista Physical Reviewpublicó un estudio donde atribuía el fenómeno a cambios en el comportamiento de la atmósfera durante los eclipses solares. Sin embargo, ni en 1990 a través de Tom Kuusela, ni posteriormente en el 2010, con Horacio R. Salva, se pudo verificar tal efecto.
Visto así, el fenómeno parece no ser real, quizás es el resultado de un error experimental. Sea como fuere, han pasado más de 50 años desde el primer experimento, y en unos días, el efecto Allais tiene una nueva oportunidad para ser evaluado.

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