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Estas son las 8 leyes no escritas que gobiernan Internet (casi sin darnos cuenta)

Cuando quieras saber algo en Internet, escribe la respuesta equivocada. Cuanto más larga sea una conversación, más posibilidades hay de que aparezca Hitler. Sin emoticono, no hay manera de distinguir entre una postura ideológica o una broma. Si existe, ya está en porno…. Y así nos podemos pasar todo el día.
El primer párrafo muestra algunas de las leyes no escritas que gobiernan Internet. Ya sea un foro, un medio, una red social, un portal de vídeo… lo que sea, al final del día se habrán cumplido varias veces la mayoría de estas normas.
Si en el mundo “exterior” existen una serie de reglas, en el espacio digital existen otras muy distintas. Las conocemos aunque no sabemos que las sabemos, y las aplicamos como verdades absolutas fuera de toda duda. ¿No te lo crees? Veamos las más importantes:

Ley Cunningham, la madre de todas las leyes












Seguramente se trata de la ley más importante de cuantas existen. Si un día llegaran los extraterrestres y tuviéramos que explicarles qué es Internet, en primer lugar le hablaríamos de la norma Cunningham.
¿Qué dice? En primer lugar, que como especie dejamos mucho que desear. Su autor fue Steven McGeady, antiguo ejecutivo de Intel, quién aportó esta particular ley en la Weekend Competition: Schott´s Law donde se invitaba a los lectores a generar nuevas leyes.
La ley explica que la mejor manera de conseguir una respuesta a una pregunta en la red, no es preguntando, sino escribiendo una respuesta equivocada.

Ley de Poe, o la tiranía de los emoticonos












Esta ley surgió en una página web cristiana en el contexto de un debate sobre el creacionismo. En ese momento apareció la figura de Nathan Poe para decir:
Sin un emoticono que guiñe un ojo o alguna otra muestra clara de humor, es completamente imposible parodiar a un creacionismo de tal manera que alguien no lo pueda llegar a confundir con uno de verdad.
En realidad, se trata de un aforismo que nos viene a decir una gran verdad. Si no lo indicamos claramente, en los acalorados debates en los que intentamos cambiar el mundo cada día, resulta imposible distinguir entre una postura ideológica extrema o la propia parodia de esa misma postura.

Ley de Godwin, otra vez con los nazis





















Imagen: Wikimedia Commons

Era 1990 en el interior de Usenet. Mike Godwin, parte del equipo de la EFF, promulgó un enunciado que se ha mantenido vigente hasta nuestros días:
A medida que una discusión online se alarga, la probabilidad de que aparezca una comparación en la que se mencione a Hitler o a los nazis tiende a uno.
La idea original era una especie de juego en los grupos de noticias de Usenet, luego extendida a nuestros tiempos. En aquel entonces, se decía que una discusión caducaba (se había desviado del tema original) cuando uno de los participantes mencionaba a Hitler o a los nazis.
Una especie de contra-meme que pretende evitar el abuso conversacional. La idea subyaciente es el mal gusto de comparar trivialidades con genocidios. Puede que esta ley no te convenza, pero quita a los nazis de la ecuación y mete a un partido o político que acabara en una discusión donde poco o nada tenía que ver al comienzo. ¿A que ahora sí tiene sentido? 

La regla 34, o cómo el porno ya estuvo allí












Esta es posiblemente la norma más sencilla de entender. “Si existe, ya hay pornografía de ello”. Dicho de otro modo, cualquier tema imaginable que veas en la red, posiblemente ya esté en su versión porno, y si no lo está, probablemente en breve perderá “la virginidad”.
Su origen es bastante curioso. En el año 2003 surgía un webcomic bajo el título de “Regla 34. Siempre hay porno de ello. Sin excepciones”. La obra surgió para describir la conmoción que sufrió el autor al enterarse de que los adorables Calbin y Hobbes contaban con su propia versión X.
Por cierto, los Simpsons también se merecen una ley parecida urgentemente.

Efecto Streisand, porque a veces es mejor estar callado





















La “mítica” casa de Barbra.

Una de las leyes no escritas más conocidas. La famosa actriz y cantante estadounidense fue la artífice (muy a su pesar) del fenómeno. En el año 2003, Barbra Streisand denunció a un fotógrafo exigiendo que se retirase una foto aérea de su casa de una publicidad que contenía imágenes de la costa de California. ¿El resultado? Internet elevó a la categoría de meme aquella fotografía.
La propuesta de la norma es casi tan certera como la de Cunningham. Todo aquel que intente censurar u ocultar información en la red, acaba consiguiendo lo contrario, que se divulgue aún más.

Ley de Pommer (y la sabiduría de Internet)

Propuesta por Rob Pommer en la página rationalwiki.com en el 2007, la misma dice que: “La opinión de una persona puede cambiar tras leer información al respecto en Internet. La naturaleza del cambio es tal que se pasa de no tener opinión, a tener una opinión equivocada”.

Ley de Danth, o el “orgullo” de ganar una discusión























Aunque no está del todo claro su origen, la norma comenzó con un primer usuario que decía haber ganado una discusión. Su definición no deja dudas:
Si una persona tiene que insistir en la red que ha ganado una discusión, es probable que esa persona haya perdido el debate.

La ley Lovejoy, o por el amor de dios, pensemos en los niños




Acabamos como tiene que ser, con los Simpsons y un cliché como táctica retórica cuando no tenemos nada más que argumentar. Tras la famosa frase “¿Es que nadie va a pensar en los niños?”, se esconde un vacío argumentativo de libro, y por tanto, se apela a la emoción.
La frase pertenece a Helen Lovejoy, la esposa del reverendo en los famosos dibujos. Obviamente y como la mayoría de las normas no escritas, podemos cambiar a los niños por cualquier otro recurso bajo el mismo patrón.

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