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Esta colisión entre un Toyota Corolla de 1998 y otro de 2015 muestra cuánto han avanzado los carros

Solía estar a favor de que los primeros coches de los adolescentes sean chatarras con algunos años a la espalda. Esos vehículos, me decía, ayudan a forjar el carácter.
Luego vi este vídeo de un Toyota Corolla de 1998 estrellándose contra el modelo del 2015 y he cambiado de idea. 
La semana pasada, se llevó a cabo la Cuarta Semana Mundial de las Naciones Unidas para la Seguridad Vial. Allí, el organismo de defensa de la seguridad vehicular de Australia y Nueva Zelanda —la Australasian New Car Assessment Program (ANCAP)— realizó un test que consiste en que dos Toyota Corolla (uno de 2015 y otro de 1998) colisionen entre sí a una velocidad de poco más de 64 km/h. El modelo más antiguo fue totalmente vapuleado por el más reciente.


El objetivo de este test, según la ANCAP, fue resaltar cuán crucial es la nueva tecnología de seguridad en vehículos para prevenir lesiones en posibles accidentes de coche. Es cierto que hemos visto ya otras pruebas similares en la que los modelos antiguos son machacados por los nuevos pero cuanto más colisiones y más concienciación, mejor, supongo.
Con respecto al Corolla 1998 comercializado en el mercado australiano, este ni siquiera cuenta con airbags (cabe señalar que, en Estados Unidos, estos se volvieron obligatorios para conductor y pasajero justo en aquel 1998).
Es más, la prueba determinó que “posee fallas estructurales catastróficas” y consiguió una calificación de cero estrellas, debido al puntaje obtenido: 0.4 sobre 16. Con estos indicadores, no es de extrañar que los sensores de los maniquís empleados en la prueba hayan registrado lesiones severas en cabeza, pecho y pierna.
Por el contrario, el Corolla 2015 obtuvo un puntaje de 12.93 sobre 16 y una calificación de cinco estrellas, lo que significa que los pasajeros habrían salido muy bien librados del eventual choque. Los airbags, así como la estructura de absorción de energía de impacto, fueron características cruciales en el vehículo para proteger la integridad de los pasajeros.
En caso de una colisión, la diferencia en las características de seguridad de dos coches es un asunto serio; y James Goodwin, CEO del ANCAP, espera que los resultados inspiren a las personas a reconsiderar costumbres como darles viejas chatarras a los jóvenes o a los ancianos, agregando:
Es lamentable que sean nuestros conductores en condiciones de mayor riesgo —los jóvenes, que carecen de experiencia, y los ancianos, que pueden ser más frágiles— los que conduzcan los vehículos más riesgosos. Esperamos realmente que esta prueba promueva una debate para animar a todos los conductores a que tomen en cuenta la seguridad de sus vehículos.
Visto desde ese punto, quizás deberías ser tú, adulto responsable, quien conduzca la vieja chatarra y permita que un inexperto adolescente de 16 años lleve el Mercedes a la escuela todos los días.
O quizás no.

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