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Cómo el País Vasco se ha convertido en una potencia mundial de la educación


Siempre que se habla de las superpotencias en educación, los países que salen a relucir en la conversación suelen ser Finlandia, Corea del Sur, Singapur y Hong Kong, así como la municipalidad china de Shanghái.
Son los mismos nombres que encabezan la lista más reciente del Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes o Informe PISA, elaborada año por año por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), un organismo de cooperación internacional compuesto por 34 estados.
Y también se suelen mencionar a Vietnam y Polonia, quienes escalan con rapidez en los rankings.

¿Pero alguna vez escucharon hablar del sistema del País Vasco como la nueva estrella del firmamento educativo?

Fuerte inversión

Esta comunidad autónoma de España, situada en el extremo nororiental de la Península Ibérica y que linda en el norte con Francia, cuenta con un porcentaje de alumnos de alto rendimiento comparable al de los países antes mencionados.
El mismo estatuto de autonomía que reconoce a esta comunidad como una nacionalidad histórica otorga al gobierno vasco varias competencias, entre ellas la de la educación.
Y ese es uno de los sectores en los que más fuertemente ha invertido el gobierno autónomo.


Tanto que, si en las clasificaciones sobre educación el País Vasco fuera considerado una nación en sí misma, solo Dinamarca y Austria lo superarían en gasto por alumno.
Casi el 48% de aquellos que están en edad laboral posee una titulación universitaria, un nivel similar al de Finlandia y Noruega.
Además, casi la mitad de estos- algo inusual- estudiaron una carrera relacionada con ciencia, matemáticas o ingeniería.
Como consecuencia, el porcentaje de la población dedicado a la investigación y al desarrollo es tan alto como el de Finlandia y Dinamarca.


Por ello, el perfil educativo del País Vasco parece más el de un territorio de Escandinavia que el de una región del sur de Europa.

Hasta expertos suecos, un país que ha visto perder puestos en las listas de los mejores sistemas educativos del mundo, han empezado a visitar escuelas vascas para aprender de sus lecciones.
¿Y cuáles son éstas?

Identidad nacional

Cristina Uriarte, la consejera de Educación, Política Lingüística y Cultura del Gobierno Vasco -ministra del gobierno autónomo-, dice que el compromiso con la educación está fuertemente vinculado a la identidad nacional.
La represión del gobierno de facto de Francisco Franco, un régimen que duró casi 40 años- desde la guerra civil española (1936-1939) hasta su muerte y sucesión en 1975-, no fue sólo política sino también lingüística y cultural.
El euskera o lengua vasca fue prohibida en el ámbito público, y se refugió en el ámbito familiar, fundamentalmente en zonas rurales, algo que se prolongó durante la posguerra.

Ese es el principal motivo, según los expertos, por el que de los poco más de dos millones de habitantes de la actual Comunidad Autónoma del País Vasco o Euskadi sólo el 37,6% hablan euskara, un idioma no indoeuropeo que no tiene relación conocida con ninguna otra lengua actual.
Y el porcentaje es aún menor en Navarra, una comunidad autónoma adyacente, y en los tres territorios de Francia, un conjunto al que se denomina comúnmente País Vasco-Francés.
Los consecutivos gobiernos vascos, tratando de escapar de esa larga sombra, se han servido de las transferencias de poder garantizadas por el estatuto de autonomía de 1979 para construir un sistema educativo que proteja el euskera, así como para desarrollar una autosuficiencia económica.
Así, el País Vasco supera a la mayoría de los países europeos en lo referente al presupuesto destinado a las escuelas y en cuanto al dinero que dirige a la investigación y al desarrollo de industrias de alta tecnología.

Menos desempleo

Con este enfoque la comunidad autónoma ha logrado desmarcarse del alto nivel de desempleo juvenil que sufre España.
Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre del 2016, el 46,5% de los españoles menores de 25 años está en paro, así como el 19,7% de los ciudadanos entre 25 y 54 años.
Mientras, en la Comunidad Autónoma del País Vasco es el 31% de los jóvenes menores de 25 años el que no tiene empleo, y el 12,7% de los que tienen entre 25 y 54 años.
La consejera Uriarte, doctora en ciencias químicas, explica que lo que han hecho es tratar de descubrir aquello que ha funcionado en otros sistemas educativos de alto rendimiento, y ponerse para ello en contacto con Finlandia, Corea del Sur y Estonia.
También han experimentado con diferentes tipos de escuelas.

Pago compartido

La mitad de las escuelas vascas son una mezcla entre públicas y privadas.
Se llaman centros educativos concertados y son financiadas en parte por el estado, pero los padres de los alumnos también contribuyen.
Maritere Ojanguren es la directora de uno de estos centros, Lauaxeta Ikastola, situado en Amorebieta-Etxano, a unos 35 kilómetros de Bilbao.

Para Maritere Ojanguren, directora de Lauxeta Ikastola, en los centros concertados los padres se involucran más en la gestión. 

La ikastola es gestionada por una cooperativa, constituida por 971 familias, y recibe el 60% de su presupuesto desde gobierno.
El resto proviene de la matrícula y las cuotas que pagan los padres de los alumnos, de entre 2 y 18 años.
En total estos pagan hasta US$1.300 y los que no pueden permitírselo pueden acceder a ayudas.
Ojanguren asegura que este sistema de pago compartido hace que los padres se involucren más en la gestión de la escuela.
Aunque este esquema tiene sus detractores, quienes denuncian que lo que hace es potenciar la brecha social.
Hace apenas cuatro meses que un centenar de personas en representación de las familias de todos los colegios públicos de Vitoria y todos los sindicatos, entre otros agentes sociales, leyeron un manifiesto contra la "guetización" de una veintena de centros públicos de la capital vasca.
"Se está produciendo un profundo desequilibrio entre las redes pública y concertada en Vitoria. Mientras la red pública está recibiendo de manera mayoritaria a la población más desfavorecida de la ciudad y particularmente a la población de origen extranjero, la red concertada se está convirtiendo en un refugio para muchas familias autóctonas de clase media y media-alta", dijeron el 15 de febrero los firmantes del manifiesto.
Según un informe enviado por la consejera Uriarte al Parlamento vasco en enero, 60 centros en Euskadi tienen aulas con más de un 50% de extranjeros y en Vitoria hay casos de colegios con más del 80%.


Entretanto, la red concertada mantiene porcentajes de foráneos muy bajos, especialmente en el caso de las ikastolas.
"Todas las escuelas y ambas redes, la pública y la concertada, deben responder al reto que les corresponde de cara a la cohesión social" porque todas ellas se financian con impuestos públicos, añadieron los manifestantes.
Sin embargo, los defensores del modelo concertado insisten en que éste refleja el espíritu empresarial de la cultura vasca.

Región próspera

Durante años el espacio que la prensa internacional le ha dedicado al País Vasco ha sido para hablar de las actividades de Euskadi Ta Askatasuna (ETA, País Vasco y Libertad), un grupo de ideología nacionalista vasca e independentista, designada como organización terrorista tanto por España como por Francia y responsable de la muerte de cientos de personas.
Desde que el 20 de octubre de 2011 ETA anunciara el cese definitivo de su actividad armada, se encuentra inactiva.
Pero tantas noticias de esta naturaleza opacaron otra realidad: la de que el País Vasco es uno de los territorios más prósperos de Europa.
Sólo Luxemburgo y Austria tienen una renta per cápita superior a esta comunidad autónoma.
Guillermo Dorronsoro, el decano de la escuela de negocios y economía de la Universidad de Deusto, de Bilbao, explica que el País Vasco tiene algunos de los factores clave para desarrollar un sistema educativo exitoso.

Guillermo Dorronsoro insiste en que la identidad y el propósito común han sido clave en el desarrollo del modelo educativo vasco. 

"Hay un fuerte sentido de identidad", lo que ayuda a crear un propósito común y un compromiso colectivo desde las escuelas, las familias y los políticos, dice.
El también vicepresidente ejecutivo del IK4, una alianza de centros tecnológicos del País Vasco, subraya que por su "historia" -en referencia al franquismo- los vascos tienen la capacidad de movilizarse y generar apoyo público.
"Cuando llegó la democracia todos estos sentimientos -de defensa de la cultura y la lengua vasca- se canalizaron en estas ideas e inversiones", asegura.
Y remarca que, si no hubiera adoptado esta estrategia educativa, el País Vasco estaría en una situación mucho más difícil.

"Propósito compartido"

Bilbao, la mayor ciudad del territorio, es ahora un importante imán turístico, gracias en parte por la espectacular arquitectura del museo Guggenheim.
Pero en su momento fue una ciudad en decadencia, caracterizada por el declive industrial.
El enfoque para regenerar la economía combinó la inversión en proyectos culturales con el apoyo a nuevas industrias relacionadas con la investigación científica.

El museo Guggenheim de Bilbao fue parte de la estrategia para regenerar una ciudad en decadencia tras el declive industrial. 

Andreas Schleicher, el director de educación de la OCDE, reconoce que el País Vasco ha apoyado con fuerza en educación.
Pero también hace hincapié que esto ha tenido que ver en parte con la "enorme inversión en el proyecto político para promover la lengua vasca".
De acuerdo a Schleicher, las políticas educativas vascas han tenido como objetivo "diferenciar el País Vasco de otras regiones de España", midiéndose con estándares tanto internacionales como regionales.
Ante esto, Dorronsoro dice que la educación debe vincularse al sentido colectivo de un propósito compartido.
"La educación es una inversión a largo plazo y necesita una identidad", opina.
"Si no sientes que tienes una identidad, no haces el esfuerzo".

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